CIUDAD DE MÉXICO, 10 de septiembre.- El caso Camarena es el recordatorio más claro de que en México hace falta una reforma judicial profunda, que beneficie a los mexicanos y que tape los huecos legales que permiten que narcotraficantes como Rafael Caro Quintero recuperen su libertad, asegura en entrevista J. Jesús Esquivel, autor del libro La CIA, Camarena y Caro Quintero (Grijalbo, 2014).
“Nos hace falta una reforma judicial profunda y, sobre todo, moderna, con ventajas para los mexicanos ante un sistema en el cual tú llegas acusado de lo que sea ya como responsable y culpable. No puedes defenderte de esa manera.”
Debido a la actual debilidad judicial, Rafael Caro Quintero podrá gozar en libertad de los beneficios de su actividad criminal pasada y disfrutar de cuatro mil millones de dólares que se calcula tiene en bancos de Suiza, de acuerdo con Héctor Berrellez —con base en informantes de Estados Unidos, agente que encabezó en México la Operación Leyenda, que buscaba localizar y enjuiciar a los implicados en el asesinato del agente Enrique Kiki Camarena.
“Eso lo dice Berrellez, quien fue el encargado de investigar, yo por eso le pregunto: ¿y cómo saben eso? ‘Porque tenemos infiltrados en los bancos suizos para saber quién está moviendo dinero del narcotráfico’, lo cual tiene mucha lógica y no me parece descabellado”, afirma.
Dicha reforma judicial debe considerar la figura de los testigos protegidos, pero con un proceso de escrutinio para seleccionar a aquellos colaboradores que puedan proporcionar buena información y no hacer fiascos judiciales.
“La diferencia es que Estados Unidos somete a un escrutinio muy riguroso a quien va a convertir en testigo protegido; sólo reclutan gente válida y que en realidad les está aportando información a sus investigaciones y sus procesos judiciales.
“Aquí tenemos el ejemplo más claro reciente con Genaro García Luna que convertía en testigo protegido hasta el que cuidaba al perro de la tía del narcotraficante, y eso en Estados Unidos no te lo acepta ningún juez federal; si a algo le tienen miedo los fiscales, los propios federales de Estados Unidos en un proceso criminal es al juez.”
El libro está sustentado también en las versiones de testigos protegidos identificados como José 1, José 2, J-33 y otros, quienes identifican al capo Ernesto Fonseca —compadre de Caro Quintero— como el verdadero jefe del extinto Cártel de Guadalajara, organización que marcó una tendencia en la mafia mexicana por la forma de desenvolverse con los militares, policías y el mundo político. Antes de este cártel, dice la publicación— eran pocas las menciones del narcotráfico en la prensa.
Ante de que ocurra la liberación de Ernesto Fonseca, Don Neto, similar a la de Caro Quintero, el gobierno mexicano avisó a Estados Unidos para que preparen una nueva acusación, la cual podría ser por asesinato. En el libro se mencionan seis casos de asesinatos de estadunidenses sin ligas con el narcotráfico asesinados por Ernesto Fonseca.
En un caso, cuatro testigos de Jehová tocaron a la casa de Fonseca con motivos religiosos y el capo se llevó a dos hombres y dos mujeres a realizarles un interrogatorio bajo la sospecha de que eran agentes de la DEA. En un segundo caso, dos turistas llegaron a un restaurante en que había una fiesta de capos, y ante la sospecha de que vinieran de la DEA, los torturaron hasta matarlos, y sus cadáveres fueron enterrados en un terreno de una de las salidas de Guadalajara. Estas seis muertes —descritas a detalle en el libro— pueden servir para que el capo pueda ser extraditado a Estados Unidos, considera Esquivel.
“¿Por qué son significativas estas seis muertes? El año pasado sale Rafael Caro Quintero y vuelve a provocar fricción en la relación con Estados Unidos. Las presiones crecieron, sobre todo, porque se les escapó; en su momento estaba libre, pero ya no lo pudieron capturar ni ubicar, no saben dónde está y doblegaron a la Suprema Corte para anular un fallo judicial.
“Para evitar otro fiasco como el de Caro Quintero, el gobierno mexicano ya le avisó al Departamento de Justicia (estadunidense): va a quedar libre, porque así lo permite la ley, pónganse listos, preparen una nueva acusación.
“Esas seis personas son ciudadanos de Estados Unidos, por eso son importantes, porque lo pueden acusar (a Don Neto) de asesinato y solicitar su extradición.”
El autor destaca que dichos testimonios han sido tomados en cuenta por jueces federales para procesar a personas vinculadas con el caso Camarena.
Nuevas revelaciones
Uno de los principales aportes de esta investigación periodística, considera el autor, es la denuncia de Berrellez sobre la participación de la Agencia Central de Inteligencia de EU (CIA, por sus siglas en inglés) en los hechos que devinieron en la tortura y asesinato del agente de la DEA y otras muertes vinculadas, como las seis víctimas estadunidenses mencionadas en la obra.
“A la historia de Kiki Camarena le faltaban algunas piezas, porque la historia oficial era Desperados, el libro de Elaine Shannon, y ahí le faltaban esos datos.
“Elaine menciona a la CIA, menciona a los estadunidenses que mataron, pero nunca pone cómo los mataron ni en dónde los enterraron ni cuál fue la participación de Félix Rodríguez (agente de la CIA) en todo esto. Es un aporte más para ayudar a entender qué fue lo que pasó.”
El libro La CIA, Camarena y Caro Quintero es sólo otra hebra de la madeja que queda por hablar del caso que cambió la relación bilateral con Estados Unidos. El agente Berrellez, quien se animó a hablar tras la liberación de Caro Quintero, considera que 90% del material levantado por la DEA sobre el caso es aún clasificado, y ahí se revela la intervención de Estados Unidos en América Latina.
“El que colaborara directamente con el cártel para ayudarles a mandar cocaína colombiana a Estados Unidos, que pasara como si nada a cambio de que con la venta de cocaína, el cártel les ayudara a armar a los Contras en Nicaragua. Entonces Estados Unidos tenía un objetivo de política exterior muy importante en Centroamérica, de evitar la influencia de la Unión Soviética en la región y la CIA fue un factor importante en esa lucha.”
Además, la participación de la CIA en el caso Camarena siempre se va a negar, porque como asegura J. Jesús Esquivel “la CIA fuera del territorio de Estados Unidos no existe. Es en sí mismo una negación existente”.
Acusaciones
El libro describe presuntas relaciones entre capos con autoridades de todo tipo.
Por ejemplo, en el capítulo “Cajas de huevo para Bartlett”, basado en dichos de los testigos protegidos, se describe que al entonces secretario de Gobernación (hoy senador opositor) le dieron un vehículo repleto de cajas de huevo con billetes de 100 dólares para, presuntamente, financiar su campaña a la Presidencia.
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