viernes, 15 de agosto de 2014

Chile construye la primera planta termosolar de América Latina


Con la primera planta termosolar de América Latina, Chile pretende poner freno a su crisis energética, que amenaza con elevar aún más los altos costos de la electricidad y que intimida el crecimiento de las inversiones.
El proyecto funcionará en base a una torre de 250 metros, la segunda más alta del país, que captará el calor del Sol para generar energía eléctrica. Con esto se evitará la emisión de 643.000 toneladas de CO2 al año.
A diferencia de otros proyectos, este sistema no utiliza paneles sino que una serie de 10.600 espejos (heliostatos) de 140 m2 de tamaño que reflejarán la luz y el calor del Sol a una sola torre, una gran estructura de 250 metros capaz de captar y retener toda esta energía por cerca de 18 horas.
La diferencia es que la energía fotovoltaica utiliza la luz para generar electricidad y no es almacenable, mientras que la termosolar usa el calor del sol para generar energía y es almacenable. Eso hace que el modelo fotovoltaico sea intermitente y necesite una fuente de respaldo, cuando la termosolar funciona de manera autónoma.
En su parte superior, la torre, que se convertirá en la segunda más alta de Chile, podrá captar el reflejo de cada uno de estos espejos para almacenarlo en un sistema de tanques llenos de sales fusionadas. Un compuesto que posteriormente será utilizado para calentar agua, generar vapor y con él mover una turbina encargada de generar la energía eléctrica.
Es decir, realiza un funcionamiento similar que los sistemas de energías fósiles, pero sin generar su contaminación asociada. De esta manera, este proyecto es capaz de evitar la emisión de 643.000 toneladas de CO2 al año y se basa en una de las mismas ventajas del desierto de Atacama.

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